En esta fotografía se aprecia un primer plano de la que he dado en llamar "La casa del Tío Rondas", pues este buen hombre, pastor de profesión y de nombre Vicente Santamaría junto con su familia fueron los últimos moradores de la casa, allá por los años cuarenta del pasado siglo, El Rondas, su mujer La Tía Lorenza y la prole de cinco hijos, de ambos, fijaron su residencia en Reznos, villorrio rayano con Argón, donde alcanzaron a disponer de ganadería propia con aparentes buenos rendimientos. Pero vayamos a lo que de verdad interesa.
La edificación que nos ocupa era prácticamente el único exponente que permanecía en Herreros de las casas llamadas de tipología "serrana", anterior en el tiempo a las conocidas como de tipología "pinariega" que son la gran mayoría de las viviendas tradicionales de nuestro pueblo chaveto. Esta conclusión la baso en las siguientes apreciaciones:
La primera y mas evidente es el entramado de madera rellenado de ladrillo macizo, con la función de aligerar peso sobre el amplio portón, esto era muy usual en la casa serrana y raro en las pinariegas.
La segunda decir que toda la planta baja era cuadra, estando la segunda planta destinada para habitación, no teniendo la cocina chimenea acampanada. Se puede afirmar categóricamente que siempre las pinariegas disponen la cocina y alcoba en la planta baja y las serranas la mantienen en el segundo nivel.
Por ultimo si observamos el esquinazo de la derecha conformado con piedras sillares veremos como en su momento debió ser una esquina exenta, adosándosele posteriormente la casa del Tío Gregorio, a la que por economía de medios, no le hicieron esquinazo propio. Siendo la edificación del Gregorio netamente pinariega, de allá por mil setecientos y pico, esto, nos da la pauta para intuir la gran antigüedad de la del Tío Rondas.
Como curiosidad, el muy amplio portón central para lo usual en la localidad, junto con las rodadas marcadas en el suelo nos retrotraen a los tiempos en que Herreros pertenecía de pleno derecho a la Real hermandad de carreteros Burgos-Soria.
Espero no aburriros y sí contribuir al conocimiento de las pequeñas-grandes cosas de nuestro querido Herreros. Siempre se ha dicho que las paredes oyen, pero se puede decir que también nos hablan si sabemos escucharlas.
Este edificio se perdió irremediablemente para siempre víctima de la incuria, el abandono y la incultura.
No, Javier, no nos aburres; al contrario, son muy interesantes la sucesión de imágenes que estás compartiendo así como las descripciones de las mismas que, por supuesto, van rescatando del olvido construcciones, lugares, hechos, personajes... de la Historia de nuestro insignificante, pero para nosotros "único" pueblo de Herreros. Gracias por ello.