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Y el Cerebro se Iluminó (Salvador Soler Magraso) |
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Y el Cerebro se Iluminó
Salvador Soler Magraso
Desde la profundidad de las tinieblas, desde la inquietud de los sentidos, desde la insatisfacción del cerebro, nació un rayo de luz, nació nuestro rayo de luz portador del conocimiento y la información; y nació del menos valorado de nuestros sentidos: el tacto.
La yema del dedo conoció sesenta y tres mágicas combinaciones, y el cerebro se iluminó de pronto.
Tenía que haber sido un código bélico, capaz de transmitir información en la oscuridad, pero Luis Braille lo utilizó para otro fin: esos sesenta y tres proyectiles móviles le ganaron la guerra a la ignorancia y nos rescataron del obscurantismo, la ineptitud y el analfabetismo.
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