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  Historia de una Pasión (Concha López García)
 

 

 

Historia de una Pasión

(Texto leído en el "Club.Lecturonce.BCN" el 13-6-2012 )

Concha López García

Me considero una persona apasionada y entusiasta de la vida. Si simplifico, contaría como tres mis grandes pasiones: la primera mi familia, amigos y la gente en general. Me gusta compartir, relacionarme y buscar el lado bueno de cada persona.

Mi segunda pasión, mi trabajo que como maestra itinerante de niños ciegos y deficientes visuales, ejerzo desde hace 20 años. Si pongo en una balanza lo que he aprendido de los niños y lo que les he enseñado, seguro que gana lo que me han aportado esos pequeños luchadores que cada día demuestran al mundo dónde son capaces de llegar si se lo proponen.

Sirva este momento como homenaje a todos esos niños que he conocido en estos 20 años .

Mi tercera pasión y por la que estoy hoy aquí, es la pintura, esa musa que me ha acompañado de una manera imperturbable y grandiosa a lo largo de mi vida.

Recuerdo como si fuera ayer, esas tardes de verano de mi infancia, en esa hora calma en que la tarde te invita al recogimiento y al descanso... Un patio de una casa blanca del sur, macetas de geranios de colores, un limonero y un parral lleno de uvas negras que empiezan a coger color. Bajo su sombra sentada en una mesa de mármol, una niña pinta ensimismada y en su juego de colores se transporta a lugares lejanos. Salta, igual que "Alicia en el país de las maravillas" a un mundo fantástico en el que todo es posible.

Se pasea por sus paisajes, escucha el sonido de las olas de los mares que pinta, huele el aroma de sus jardines, siente vértigo al borde de sus acantilados... Sus dibujos están vivos y la atrapan en un mundo mágico y poderoso, convirtiendo cada pincelada en un paso y cada dibujo en una aventura...

Esos momentos de mi infancia en los que mi imaginación me transportaba a otros lugares han marcado mi vida de una manera sublime. Sólo necesito un lienzo en blanco, unos pinceles y unos tubos de color para viajar a mundos, lugares y emociones nuevos.

Por diversas circunstancias he tenido que cambiar varias veces de residencia a lo largo de mi vida. Me he tenido que enfrentar a paisajes nuevos, personas nuevas, sonidos nuevos, nuevos hogares... pero conmigo siempre va una maleta conocida y familiar: mi caja de pinturas, mi caballete, mis lienzos , mi pasión...

Siempre he improvisado un espacio y he buscado un tiempo para relacionarme con el color y sus mil formas. Proyectar una idea en un lienzo en blanco y convertirla en forma amable me impresiona cada día más.

Hoy tengo la suerte de tener un pequeño estudio de pintura, un lugar donde el sol me acompaña de la mañana a la tarde y donde el único sonido que escucho es el canto de los pájaros. Entre estas cuatro paredes los problemas se disuelven, me evado, me transporto, continúo dando el salto a los distintos mundos de mis cuadros igual que Alicia en su mundo mágico.

Mundos tranquilos y sosegados, me considero una pintora paisajista. Me gustan los paisajes naturales y rústicos, los pequeños pueblos, las casas de piedra, las barcas y los mares en calma y sobre todo me gusta pintar árboles. Me atraen especialmente los árboles y su simbolismo.

Hoy he traído tres cuadros de mi serie "Espacios de Menorca", pero quiero presentaros especialmente uno al que he bautizado con el nombre de "frescura".

Es un lienzo montado sobre madera de un tamaño de 40x40 pintado al óleo. He utilizado como disolvente esencia de trementina.

Si nos situamos delante del cuadro podemos ver en el centro un camino de tierra con algunas hierbas . A ambos lados dos muros bajos delimitan una propiedad, pero no impiden el paso. No están unidos por ninguna puerta o cancela.

Caminamos unos pasos, dejamos atrás estos dos muros y nos adentramos en un jardín lleno de arbustos y verdor. A derecha e izquierda flores amarillas. A la derecha dos pinos y a la izquierda un impresionante y magnífico pino da su generosa sombra a una casa con un porche al que se accede por tres escalones redondeados.

Detrás de la casa se ve el mar y entre la rama de los pinos se puede entrever un cielo azul sin nubes.

Me imagino el momento en tiempo de verano, a esa hora de la tarde que invita al descanso. Puede ser la segunda residencia de una familia con niños. Puede haber amigos del alma con ellos.

Entro suavemente y sin hacer ruido, piso la tierra del camino y la suave hierba, la brisa del mar cercano me acaricia la cara. Hace calor. Subo los tres escalones, ya estoy en el porche. Efectivamente la "frescura" de la sombra de este pino protector se agradece. A la derecha del porche invento una cómoda mecedora. Me siento y observo la vida que hay a mi alrededor.

Paz y tiempo parado...

* ¿Qué veo desde este rincón del cuadro?

Arriba, el cielo entre las ramas de los pinos.

A mi derecha, el horizonte donde se funden los azules del mar y del cielo. Veo también esta bonita casa que me invita al descanso.

A mi izquierda veo el camino, las plantas, el gran árbol, las flores amarillas y los dos muros bajos que invitan a entrar.

* ¿Qué huelo desde este rincón del cuadro?

Huelo a mar y a bosque, a flores y a resina de los pinos. A tierra mojada y como cada verano a crema protectora del sol y a agua de colonia.

* ¿Qué toco en este cuadro?

Tacto de pétalos y hojas, de tronco rugoso y cálido, abrazo de árbol, balaustres de piedra, casa, arena, conchas, barcas, piedras de mar...

* ¿Qué saboreo desde este rincón del cuadro?

Sentada en el porche, al caer la tarde de verano, tiempo de vacaciones, familia, amigos, niños... merienda.

Sabor a té helado, limonada, horchata, cerveza fría, bocadillos, una jarra de Cola-Cao.

Hojas de pino sobre la mesa

* ¿Qué oigo desde este rincón del cuadro?

Oigo sobre mí las alegres gaviotas, las olas del mar tranquilo, el canto de un pájaro en alguna rama del pino. Risas de niños, grillos, risas de hombres, risas de mujeres...

BIENESTAR, NO TIEMPO!!

Una música, alguién se sienta en la escalera del porche y suena una música de ensueño, una guitarra...

FRESCURA, SOSIEGO, NO TIEMPO...

Abro los ojos, dejo la cómoda mecedora, bajo los tres escalones del porche, acaricio el tronco de mi amigo-pino, desando el camino y salgo del cuadro...

FRESCURA, FRESCURA, FRESCURA!!

GRÁCIAS

Gracias a ti, Concha, por sentarte aquí conmigo/nosotros al amor de la lumbre para compartir tu "frescura" y hacerla visible a los ciegos.

 

 

 

 
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