Cuentan de Juanma, que un día,
tan y tan harto estaba
de cómo la venta andaba
que se dijo con alegría:
¡Decreto, ésta es la mía!
Y de decreto tiró.
Y cuando el rostro volvió
halló que su amada Lucía
también esperaba su día.
Hasta que ese día llegue,
que nadie, nadie me niegue,
que Juanma con sumo placer
ha optado por ejercer,
realizando gran despliegue,
de completo amo de casa,
que cuando la jornada pasa
solícito y gozoso
espera el abrazo de oso
con quien la cuenta repasa.
días, semanas y meses,
poco a poco, sin reveses,
con Judith ya emancipada,
aguardan la hora soñada
de cobrar los intereses
del sufrido capital
que fue su vida laboral.
Pero, Juanma, Mientras tanto,
tú ya sabes cuánto y cuánto
vale ser el general
que va viendo desfilar
el ejército del tiempo
sin rigidez militar
ni en el cogote el aliento
de esbirros y mamporreros.
Qué gustito, qué placer,
Verdad, juanma amigo nuestro,
ver cada día amanecer
siendo tú el maestro
de la clase de tu tiempo.
Que con salud lo disfrutes,
que el dinero no falte
Y que éstos amigos ilustres
lo vean, lo oigan y canten.
Pepi Casas
Francesc Vila
Ángel Mas
Carlos andrés