AL-Ben-Jamar, Ben-Jamar
modo de la modería
que tienen los direcctivos
de comer todos los días.
El día que ellos nacieron
grandes servicios había:
la ONCE estaba en calma
y en silencio crecía.
Mas llegó Al-Ben Jamar
y, de mentira en mentira,
fue llenando sus bolsillos
para el resto de su vida,
modos son éstos que antes
en la ONCE no existían.
¡Ay!, pobre cieguito mío!
que a la intemperie vendías,
dime, ¿de quién es la torre
que a lo lejos se divisa,
esos hoteles de lujo,
ese bar-cafetería,
y esas productivas granjas
de pollas e gallinitas
que se están liquidando
por la noche e por el día?
Yo no lo diré, amigo,
aunque me cueste la vida,
porque borraron las pruebas
de tamañas felonías.
Sólo pido a cadaquién,
que mire bien hacia arriba
y apunte Al-Ben-Jamar
con acierto y muy aprisa,
pues de tanto acumular
mientras a la ONCE derriba,
siembra odios y rencores
por toda la "modería",
con el gongorino eslogan,
viejo cual la vida misma:
estando yo bien caliente
que esta pobre gente se ría,
y el que venga por detrás,
que arree y se busque la vida.