A mi prima "La niña de los cupones"
I
Ya se está el mercau arreglando.
Y el cuponero, ¿dónde está?
«Está a la su ONCE enterrando,
pero enseguida vendrá».
«Y ¿vendrá?» «Pues ¿qué ha de hacer?»
vedle con las tiras..., pero
¡cómo venderá el suo cupón
el cuponero,
el cuponero de Gijón!
II
¡Pobre! Al pensar en su casa
¿toda dicha se ha perdido?,
un llanto oculto le abrasa,
que es cual plomo derretido.
Mas, como ganan sus manos
el pan para sus hermanos,
en gracia del panadero
vende ya pa otra mansión
el cuponero,
el cuponero de Gijón.
III
No vio una empresa más bella
la nación del sol poniente...
pero ya una losa de ella
le separa eternamente.
¡Gime y vende! ¡Horror sublime!
Mas, cuando entre dientes gime,
no pregona lastimero,
pues torna a gritar el cupón
el cuponero,
el cuponero de Gijón.
IV
La mujer más compradora,
le dice: «¡Que hay más gente! ¡aprisa!»
Y el cuponero corta y llora,
poniendo cara de risa.
Y al desearles mucha suerte
llora a un tiempo y los divierte,
pues como es dicharachero
jalean muchos con pasión,
al cuponero,
al cuponero de Gijón!
V
Dice él triste, ¿quién lo creería?,
entre el vender y comprar:
«¡ONCE mía, ONCE mía!
¡Cómo alivia el trabajar!»
Y es que en sus entrañas zumba
la voz que apagó la tumba;
¡voz que, pese al mundo entero,
siempre la oirá el corazón
del cuponero,
del cuponero de Gijón!
VI
Decid, lectores, conmigo:
¡Cuánto cuponero hay así!
¿Preguntáis por quien lo digo?
Por vos lo digo y por mí.
¿No veis que al hacer, lectores,
ripios pa nuestros señores,
mientras yo de pena muero
vos los recitáis al son
del cuponero,
del cuponero de Gijón?...