Gente aquí reunida
al amor de la tradición,
permitidme que os haga
una breve confesión:
La Navidad son vacaciones,
una gran consumición
y algunas sanas costumbres
vivas aún en el corazón,
como esta "festa de Nadal"
que, a pesar de evolución,
cambios de personas, lugares,
y la triste desaparición
de "obsoletos" valores,
y alguna que otra ilusión,
mantiene, trémola llama,
el fuego de la emoción
de ver aquí muy unidos
padres e hijos, en colaboración
con profesores, voluntarios
y aquella organización
de quien casi todos sabéis
y en cuya dirección,
del pueblo bien conocida,
se admiten, con perdón,
pirómanos para prender
y mantener, con pasión,
bien encendida esta llama
de la sana tradición
emotiva y cultural
que anuncia a plena voz
cual si "el gordo" se cantara,
que la Navidad ya llegó
con sus repetidos mensajes
de paz, trabajo y amor.
Yo, por mi parte, amigos míos,
a la par que una buena ración
de esperanzas e ilusiones,
a guisa de blando turrón,
polvorones, mazapán...,
desearos que con fruición
alimenten vuestro espíritu
hasta su consumación.
Que nos volvamos a encontrar
en esta Delegación,
convirtiendo esta cita
en verdadera tradición,
y que concite cada año
a más y más población.
Que así sea, por los años
de los años, ¡adióóós!