Pedís, Reina, un soneto, y os le hago:
ya el primer verso y el segundo es hecho;
si el tercero me sale de provecho,
con otro más en un cuarteto acabo.
Ya llego al quinto, ¡España! ¡Santiago,
cierra! Y entro en el sexto: ¡Sus, buen pecho!
Si del séptimo libro, gran derecho
tengo a salir con vida de este trago.
Ya tenemos a un cabo los cuartetos:
¿Qué me decís, Señora? ¿No ando bravo?
Mas sabe Dios si temo a los tercetos.
¡Ay! Si con bien este soneto acabo,
¡nunca en toda mi vida más sonetos!
Mas de éste, gloria a Dios, he visto el cabo.