PERDER LO CIERTO POR LO DUDOSO
Un perro una vez pasaba
otro río como el Duero
y un pedazo de carnero
entre los dientes llevaba.
La sombra, que no era poca,
dentro del agua vio,
y por cogerla soltó
lo que llevaba en la boca.
Fue a asirla, y su desvarío
el perro al instante vio,
volvió a su carne, y halló
que se la llevaba el tal río.
EL LEÑADOR Y LA MUERTE
Escucha el cuento: Un caduco
viejo, con años ochenta,
traía leña de un monte
hasta la ciudad de Atenas;
como era tanto el trabajo,
rogaba a la muerte fiera
que le llevase, diciendo:
"¡Ven, Muerte! Muerte, ¿no llegas?"
Oyóle la Muerte un día
y con la rama dura seca
se puso al viejo delante;
habló en los huesos sin lengua:
"Dime, ¿qué quieres?", le dijo.
"Que me ayudes a cargar
este hacecillo de leña."
EL CASCABEL DEL GATO
Juntáronse los ratones
para librarse del gato,
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él
guardarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquimorro,
y encrespando el grueso lomo
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
"¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?"
EL LABRADOR, SU HIJO Y EL ASNO
Yo no sé cómo ha de ser,
que me sucede, señor,
como al otro labrador
que llevó el asno a vender.
Que él y un hijo que tenía
iban a pie tras la bestia
y la gente con molestia
ver libre el asno sufría.
Subió el viejo, y no faltó
quien dijo: "El mozo lleváis
a pie, y caballero vais."
Luego el viejo se bajó
y subió el mozo; mas luego
hubo quien dijo: "El anciano
va a pie, y el mozo villano
va caballero, ¡oh mal fuego!"
El viejo entonces subió
con el mozo, y un lugar
entero empezó a gritar:
"¿Dos en un asno? Eso, no."
Viendo tal desasosiego,
los pies le ató y en un pino
llevaba al hombro el pollino
de él y del hijo, mas luego
se burlaron de los dos
diciendo : "Desa manera
lleváis, necios, quien pudiera
mejor llevaros a vos?"
El viejo entonces, tomando
el asno le despeñó
a un río, y sospecho yo,
que en estas vísperas ando,
que viendo el ingenio mío
que no puede contentar
a todos, habrá de dar
con todo el asno en el río.