Esta capa que me tapa,
tan pobre y raída está,
que sólo porque se va
se reconoce que es-capa.
De amor en el vasto mapa,
aunque lo intente cualquiera,
no puede hacer de tercera,
pues más que tapa, destapa.
Por lo vieja y desgarrada,
parece esta chupa mía
casa de capellanía,
que siempre está destrozada.
La tengo ya tan usada,
que en mi cuerpo estrafalario
perdió su nombre ordinario
de chupa, y quedo chupada.
Mis calzones, ni a retazos
pudieron salir completos,
y me parecen discretos
el andar hechos pedazos.
Pues dan el abrigo a plazos,
pero no me desabrigan;
y así no es fácil que digan
que yo soy un calzonazos.
Mis medias son tan ligeras,
que el tiempo hacerlas promete
correo de gabinete,
pues siempre tienen carreras.
De todo mi pobre hato,
el zapato estimaré
solamente, porque sé
dónde me aprieta el zapato.