SIÉNTATE CONMIGO
  Romance de la Hija del Rey de Francia (Anónimo)
 

 

 

Romance de la Hija del Rey de Francia

Anónimo (hacia el siglo XV)

De Francia partió la niña,

de Francia la bien guarnida:

íbase para París,

do padre y madre tenía.

Errado lleva el camino,

errado lleva la guía:

arrimárase a un roble

por esperar compañía.

Vio venir a un caballero

que a París lleva la guía.

La niña desque lo vido

de esta suerte le decía:

-Si te place, caballero,

llévesme en tu compañía.

-Pláceme, dijo, señora,

pláceme, dijo; mi vida.

Apeóse del caballo

por hacelle cortesía;

puso la niña en las ancas

y él subiérase en la silla.

En el medio del camino

de amores la requería.

La Niña desque lo oyera

díjole con osadía:

-Tate, tate, caballero,

no hagáis tal villanía:

hija soy de un malato

y de una malatía;

el hombre que a mí llegase

malato se tornaría-.

El caballero con temor

palabra no respondía.

A la entrada de París

la niña se sonreía.

-¿De Qué vos reís, señora?

¿De qué vos reís, mi vida?

-Ríome del caballero

y de su gran cobardía:

¡tener la niña en el campo

y catarle cortesía!

Caballero con vergüenza

estas palabras decía:

-Vuelta, vuelta, mi señora,

que una cosa se me olvida-.

La niña, como discreta,

dijo: -Yo no volvería,

ni persona, aunque volviese,

en mi cuerpo tocaría:

hija soy del rey de Francia

y de la reina Constantina;

el hombre que a mí llegase,

muy caro le costaría.

 

 

 
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