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  La Historia de Sevilla, Romance (Hermanos Álvarez Quintero)
 

 

 

La Historia de Sevilla (Romance)

Hermanos Álvarez Quintero

 

estaba er señó Don Hercules

aburrío en er planeta

buscando un rincon de grasia

donde poné una taberna,

cuando ar pasá por er sitio

en que hoy está la Alamea

(que por eso desde entonses

yeva er nombre que yeva),

se paró como embobao

respiró con toa su fuersa

miró al suelo, miró al sielo,

y dijo-¡ gachó, que tierra!

y ya está. Con cuatro tablas,

cuatro bancos, cuatro mesas,

dos barriles, una tisa,

un gato, dos ratoneras

dose chatos, dose cañas,

y dos carteles de feria,

abrió el establesimiento,

y así fué, y puso en la muestra,

en latín, que era el idioma

que en tiempos se hablaba en Serva,

"aquí hay Jerez, hay Casaya,

mansanilla sanluqueña,

vino blanco der Condao,

y unas tapas que marean.

Tapas son boqueronsitos,

rajitas de cosas güenas,

asitunitas, queso, gambas...

Empapantes, según Séneca,

que era de Cordoba, y tuvo

la grasia que tiene er Guerra.

Pos señó que sierto día

que estaba la tasca yena

y había cola de marchantes

hasta la misma barqueta,

pasó por ayí sirbando

un Don Nadie: ¡Julio Sesa!

Pasó hasiendose er panoli,

como aquer que no se entera,

pero con er rabo er ojo,

leyó hasta er libro de cuentas

- que son las anotasiones

que en er mostradó se yevan-.

Carculó que aquer negosio

era mayó que la Venta,

y agarrando por las plumas

a uno que estaba a su vera,

que era sus pies y sus manos.

Le dijo en romana lengua:

-Vamos a meté la pata

a armá bronca, a armá pelea,

a repartí cuatro cosquis

y a quedarnos con la tienda.

Y dicho y hecho. Y cuidao

que esto está en la historia Bética,

y lo que dise mi boca

pué ponerse en La Gaseta.

Julio ensanchó aquer negosio

como hombre de gran sesera:

puso dominó, biyares,

juego de la rana, ersétera.

Puso cosina: dió tapas

calientes: menudo,armejas...

Como guerrero, inventó

la costumbre de la espuela,

que es convidá a los amigos

con una caña a la puerta.

Puso también camarotes

que son cuartos de madera

donde van generarmente

las personas por parejas.

Puso papé matamoscas,

y no puso lus elértrica,

ni timbres, porque er fluido,

es una cosa moderna

y a Julio no le podía

ni pasá por la cabesa.

Con que iba tan bien aqueyo,

que escamao y no le hisiera,

como ér se la hiso a Don Hércules,

un vivo otra jugarreta,

encargó a seis arbañiles,

marchantes de la taberna,

de levantá unas murayas

contra la gente de fuera.

Los hombres de más talento

a lo mejó son babiecas.

No contaba er pobresiyo

(Dios en su gloria lo tenga)

con que no hay podé en lo humano

que no se rinda ni vensa,

ver que hoy es grande, mañana

no tiene ni dos pesetas.

¿Hay más que oí aqueya copla

que a mí me enseñó mi agüela?

castiyos he visto yo

abatíos por la tierra:

nadie fantesias gaste,

que er mundo da muchas vuertas.

Y que los pueblos se agotan

con er vino, y con la juerga,

y los demás agotantes

que mandó la Providensia.

Totá: que una mañanita

yegaron a la Alamea

unos cuantos niños godos

-góticos, pa que me entiendan-

y como era gente joven,

y caprichosa, y resuerta,

le dieron al pobre Julio

er canuto y la lisensia,

y se quearon por amos

una temporá completa.

Pero iba a durarles poco

la ganga, porque ya era

muchísimo er tole-tole

que movía la taberna,

pa que la envidia mardita

se cayara o se durmiera.

¡Pícara envidia! A los góticos

los tomó Alá entre las sejas,

y los echó a puntapiés

la babucha der profeta.

Er profeta fué Mahoma

que un día de primavera

mandó a un chavó con turbante,

media luna,y barbas negras,

a sortá en argarabía

sincuenta mil insolensias,

disiendo que ér se sartaba

a toa la patulea

de los góticos, y ar mismo

San Leandro:¡Er de las yemas!

Lo dejaron solo ar hombre

yamó a un pintó de ayí serca,

y cambió en sinco minutos

er letrero de la puerta:

"se venden aquí arfajores,

arropías cordobesas,

asofaifas, artramuses

-chochos disen en Utrera-

arcuzcuz, asuca, arpiste,

ajonjolises y armendras-.

Y al anunsio, prinsipiaron

a acudí por toas las puertas

de Seviya,¡eche usté moros!

ca uno con sus dos dosenas

de moras, y una de nones,

bonitas como unas perlas.

Gente amiga der regalo

tranquila, con poca priesa,

con vino duro abundante,

guitarras y castañuelas,

según la historia acredita

se dijeron en su jerga:

-Jámala, jámala, jámala;

lo que puesto en nuestra lengua,

significa justamente:

-¡Vamos a vé quien nos echa!

Y yenaron a Seviya

de naranjos y parmeras,

de jardines y de fuentes,

de ajimeses y canselas,

y construyeron la torre

más grasiosa, más esberta,

más arrogante, más fina,

más gitana, más soberbia,

más alegre, más sublime,

más grande, más hechisera,

que nadie en er mundo a visto

contando ya a Adan y Eva.

Una torre- La Giralda-

(aunque no mienten las señas)

que parese que la han hecho

con luses en vez de piedras.

¡Hay que verla! es bien sabío

que en Seviya er So se acuesta

más tarde, y madruga más,

por verse más tiempo en eya.

Y la Luna está esperando

que ér se ponga, con la idea

de desirle a la Giralda:

-¡Toma mi plata, prinsesa!

Y lo mismo que la Luna,

hasen Luseros y Estreyas.

¡Hay que verla! y basta ya

de la Giralda ¡Hay que verla!

¡Así estaban los moritos!

Orguyosos de su empresa,

y echando moros ar mundo

como quien echa alhusema,

y !Que pregones se oían

por plasas y plasoletas!...

De entonses son los famosos:

¿quién me compra una saléa?...

¡Un jardín yevo en er braso!...

¡Calabasas y habichuelas!...

Bueno: pues así es la vía

con sus giros de veleta,

sus mudansas y sus cambios,

sus dichas y sus tristesas.

los vaivenes de los mares

hasen de la roca, arena.

Mahoma, con su chilaba,

tuvo que tomá soleta.

porque San Fernando er Santo

(¡Vaya una persona seria!)

viendo en tierra tan hermosa

tanta gente sin creensias,

se levantó una mañana

con la corona bien puesta,

y montandose en su jaca

más valiente y más ligera,

y ar són de sien mir tambores

y sincuenta mir trompetas,

tomó la oriya der río

publicando en sus banderas:

"¡O echamos de aquí a los moros

o no tenemos vergüensa!"

Lo bueno se lo disputa

la humanidá pajolera.

Y en poco más de unos meses

de batayas y contiendas,

con la ayuda de la Virgen

de los Reyes, que se cuenta

que ar Rey se le aparesió

a la entrá de Castiyeja,

no dejó de punta a punta

de Seviya la agarena,

ni un turbante, ni una daga,

ni un jalique, ni una chinela,

ni...¿como lo diré yo

por desirlo bien de veras?

Vaya, no dejó...¡ni er queso

de un dátile pa la siembra!

Luego empesó a poné cruses

en torres y asoteas;

ordenó que se cantasen

misas en toas las iglesias;

Fundó la misa der Gayo,

que se dise en Nochebuena;

Yamó a tos los cabayeros

cristianos de España entera,

y fué la siudá cristiana

y cristiana se conserva.

Testigos de estas verdades,

-a un lao las cuchufletas-

son Santas Justa y Rufina

-las hermanas arfareras-

er Cachorro de Triana,

la que está en la Macarena,

er Jesus der Gran Pode

y la de las sigarreras;

pa no sitá sino argunos

de los mir que se veneran.

Como en Semana Sannta

se oyen ayí unas saetas,

que al hereje más hereje

lo convierten a la Iglesia.

Señora de los Dolores

Madre y Divina Donseya,

en donde pones tu planta,

floresen las asusenas.

Los demás datos históricos,

ya vienen a estar tan serca,

que son cosas que conosen

los chiquiyos de la escuela.

Arfonso er Sabio, er que dijo:

No Madejado esta tierra.

En el escudo está puesto:

un NO, un DO, y una madeja.

El hombre de las Partías.

Fueron siete, pero buenas.

Y les yamaron Serranas

porque las pensó en la Sierra.

Después Don Pedro, un muchacho,

un Periquito entre eyas

que emparedaba a su padre,

y que tostaba a su abuela.

Unos disen que un bendito,

y otros disen que una fiera,

a quien metió en un sapato

Mariquiya la pequeña.

Por fín Velazquez, Muriyo...

¡Na! ¡Dos pintores de puertas!

Martínez er Montañés,

un manco de la derecha

que hiso toritos de barro

y milagritos de sera...

Y de la gente de pluma

¡Vayan con Dios los poetas!

Nicolas, er romansero,

y despues Lope de Rueda,

y despues Rodrigo Caro,

y despues Fernando Herrera,

y ¡Que se yo!...hasta er romántico

que le dijo a una asusena:

Porqué son, niña, tus ojos

verde como el mar, te quejas.

Que son ganas de quejarse

que tienen argunas hembras.

Y así, roando, roando,

de eminensia en eminensia,

yegamos a mi persona

como quien baja una cuesta.

Pos güeno: de toa esa gente,

de toas las rasas esas

que en la grandiosa Seviya

vivieron, dejando hueya,

de tos, ¡Que cosa más grande!

yevo yo sangre en las venas.

Y er que dude, si arguien duda

na más que con mi presensia,

que se esté un ratito quieto,

y abra los ojos, y vea,

y los oidos, y oiga

esta dansa que ahora empiesa

que es la historia de Seviya

metía en veinte farsetas.

La salía es de los tiempos

de Don Hercules. ¡Canela!

Esto ya es neto romano.

¡Si lo viese Julio Sesa!

Esto es su mijita gótico.

¡Filigranas de encajera!

Esto es más moro quer Papa....

y esto es morisco de sepa.

¡Vaya armiba!, ¡Vaya arrope!

¡Vaya arcanfó!, ¡Vaya esensia!

Esto es cristiano.¿hay cristiano

que un repeluco no sienta?

Y esto es mio, ¡Mio, mio!

¡Pastora con toa su mezcla!

Y aquí termina la historia

de Seviya y sus grandesas.

¡Y viva España, que tiene

esa joya en su diadema!.

Madrid, Diciembre de 1916

 

 

 

 

 

 
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