Un comerciante muy rico
vivía en cierta ciudad;
éste tenía una hija
de veintiún años de edad.
Julia se llama por nombre
esta joven desgraciada,
con un rostro tan alegre
que a todos enamoraba.
La pretendía un barbero,
buen chico, guapo y prudente;
Julia de él se enamora,
su padre no lo consiente;
porque quería casarla
con un capitán muy viejo,
pero ella no le quería
y de él hacía desprecio.
Y su padre le decía:
-Mira lo que vas a hacer:
si al capitán le desprecias,
perdida te vas a ver.
Él ya sabes que te quiere
y tiene mucho dinero,
por eso te digo, hija,
que desprecies al barbero.
Y su hija le contesta
con el rostro muy sereno:
- Haga de mí lo que quiera,
que yo he escogido al barbero,
porque he puesto amor en él
y no le puedo olvidar,
por eso le digo, padre,
que no quiero al capitán.
El padre al oír eso,
por ver si la convencía,
enseñándola un revólver,
estas palabras decía:
- Si nó dejas al barbero,
con ésta te he de matar,
tú verás lo que prefieres,
la muerte o el capitán.
- Haga de mí lo que quiera,
yo no quiero al capitán,
he dado ya mi palabra
y no me volveré atrás.
La coge de los cabellos,
aquel padre malhechor,
y arrastrada por el suelo
en un cuarto la encerró.
Se pasaron veinte días
hasta que fue descubierta;
pero cuando la encontraron
la infeliz estaba muerta.
La muerte de aquella joven,
su novio la descubrió,
él mismo fue donde el juez
y de esta manera habló:
- Le pongo en conocimiento
que ha desaparecido la hija de D. Fernando,
llamada Julia Rodrigo.
Me creo que el mismo padre
la haya quitado la vida,
porque trataba conmigo,
ya quiso matarla un día.
Y entonces el señor juez
y una pareja de guardias
fueron donde el comerciante
a registrarle la casa.
Llamaron a la criada
y muy pronto declaró
que hacía ya veinte días
que en un cuarto la encerró,
- Y dijo mi señorito
que yo no lo descubriera,
y que si lo descubría
me cortaba la cabeza.
En un cuarto muy oscuro,
donde guardan el carbón,
allí estaba aquella joven,
que causaba gran dolor,
Al lado tiene un papel
escrito con lapicero
que decía: -Muero mártir
por no darme alimento,
porque no quise casarme
con quien mi padre quería
fui encerrada en este cuarto
y por él pierdo la vida.
Sin embargo le perdono,
porque me voy a gozar
con los ángeles y santos,
por toda la eternidad.
Me despido de mi novio,
de mis padres y mis tíos
y a todos pido perdón,
si en algo les he ofendido.
Le han confiscado el papel,
y se cayó desmayado,
no se ha atrevido a mentir,
y a la cárcel lo llevaron.
La familia de la joven
llorando iba detrás,
diciendo: -¡Que maten pronto
a ese padre criminal!
Extraído de "Canciones de moda", disco de 2001 de Yesca, en el que se informa:
"Existen infinidad de versiones de esta terrible historia en la que el padre malvado intentará imponer un matrimonio no deseado a su hija. La fidelidad de ésta hacia su adorado barbero la llevará hasta la muerte. Las músicas utilizadas para cantar estos temas de crímenes tan traídos y llevados por ciegos vendedores de coplas han sido de los más diversos pelajes. En Cabañes de Esgueva utilizaban esta melodía de pasodoble, con lo que podía usarse perfectamente para el baile, a pesar de lo truculento de su argumento".