Una encantadora joven
mantenía relación
con un mozo postinero
que adoraba con pasión.
Al conseguir sus favores,
y ver que encinta quedó,
trataron de casamiento,
pero aquel infame huyó.
La pobre, así decía:
- ¡Que triste porvenir,
qué dirá de mí la gente,
yo, de vergüenza, voy a morir!
Al cumplir los nueve meses,
a un niño hermoso a luz dio,
y cogiéndolo en sus brazos
hacia el bosque lo llevó,
lo abandonó en un barranco,
envueltito en un pañal,
ocultando su deshonra,
esta madre criminal.
Pero al día siguiente,
un pastor que allí pasó
por aquellas cercanías,
a un niño llorar oyó.
Se acercó el pastorcito,
cielos, y al lado vio
que era un recién nacido,
y entre sus brazos lo acarició.
Cogidito entre sus brazos,
a su casa lo llevó,
y a su esposa idolatrada
aquel niño la entregó.
Ya llegó a ser mayorcito,
y sus padres con dulzura,
le dicen si estudiar quiere
la carrera para cura.
- Acepto. Dijo el muchacho,
con tan grande afición,
que al cumplir veintidós años
llegó a ser cura en la población.
Pero un día inesperado
en el templo penetró,
tristemente, una señora
que al confesor se acercó,
se arrodilló en el momento,
y el cura la preguntó:
- Dígame usted sus pecados,
pa que los absuelva Dios.
- Padre, tengo una pena,
porque hice un gran mal,
y la conciencia me dice
que he sido una criminal.
Hace veintidós años,
a un niño abandoné,
no sé si está vivo o muerto,
en un barranco yo lo dejé.
Quedó el cura trastornado,
sin aliento y sin color,
al oír lo confesado,
creyó morir de dolor.
- Usted debe ser mi madre,
por lo que se explica usted.
Quiso Dios que yo encontrara
la madre que me dio el ser.
- Hijo de mis entrañas,
hijo del corazón,
por ocultar mi deshonra
hice yo tan mala acción.
- Madre, yo te perdono,
que reconozco yo
que la culpa no fue tuya,
sino del hombre que te perdió.
Extraído de Canciones de moda", disco de 2001 de Yesca, en el que se informa:
"Terrible panfleto que nos cuenta la historia que anuncia su título. Lo cierto es que los relatos de pobres huerfanitos siempre han movido a la compasión, y tras la teatral narración que aquí se nos cuenta, se esconde un hecho habitual en la vieja España: el miedo a la vergüenza de la madre soltera. Si la melodía es arquetípica del pasodoble y de la copla, el texto es exagerado hasta lo cómico, como exagerados hemos intentado que sean los arreglos musicales con los que la hemos envuelto".