SIÉNTATE CONMIGO
  Sermó de les Cairetes (José Serret Mestre)
 




Sobre la Patria selestial SERMON

con avemaría y algunas interrupciones

Cuasi pronunciado por un fervoroso cura rural en la Iglesia de un pueblecito de la provincia de Valencia.

Puesto en romance bilingüe por José Serret Mestre

Al Señor

D. Francisco Míra Orduña

Notario del Ilustre Colegio de Valencia

Querido Paco: A Dios gracias he podido complacerte: ahi va el SERMON que me pides puesto en romance pedestre. Si al leerlo a tus amigos, el romance les divierte, date por muy satisfecho y su atención agradece; pero si, lo que es más fácil, escuchándolo se duermen, sufre con resignación la lección que te mereces y no salgas fiador de nadie en casos como éste.

Mas como el engendro mío, bueno o malo, a ti se debe, acéptalo como prueba de que a nada hay que se niegue, al ser un capricho tuyo, tu amigo del alma,

Sobre La Patria Selestial

Candileta tabernacula tua, Domine.

Cuán astimables son, Siñor, tus tabernáculos.

Psalmi Penitensiale. Ele. Tres equis; tres is.

Hermanos míos de Padre

selestial: Dios Siñor noestro

quiso dar muestra admirable

de su costisia anfenita

ysus eternas bondades

tiniendo a ancarnarse al mundo

pa que el hombre se lliurase

de las penas termebundas

que noestros primeros padres

carregaron en mosotros.

Con aquel pecado anfame

de comerse la bresquilla

ya podían figurarse

Adán y Eva que hasían

una empastrada muy grande,

puesto que sobre esa fruta

pesaba la treminante

prolíbisión del Siñor

pera que no la tastasen.

y sín ambargo, L'orgullo,

el deseyo d'aigualarse

con Díos, y saber la siensia

del bien y del mal, les hasen

desobedír al Síñor

seduidos por l'ansacrable

culebra, qu'era el dimonio

disfrasao pera tentarles.

¡Qué mal les hiso la fruta

a noestros primeros padres!

¡Ah, maldesida bresquilla,

bien cara mos resultastes,

pos dende Adán a mosotros

no paran de rosegarte

el piñuelo amargo y duro

los miserables mortales!

En cosa de dos menutos,

por no desir un enstante,

Adán y Eva perdieron

la inosensia, avergonsándose

los dos de verse en porreta

a punto de costíparse.

Enseguidita buscaron

la manera de taparse,

culliendo por allí serca

de una figuera unos pámpoles,

y amagáronse corríendo

por miedo a que les llansase

el Siñor una felípaca

per la bresquilla d enantes.

Yasí susedió. Dios mismo,

hasiéndose el que no sabe,

prensipió con vos quemada

a quirdarlos; y ells. ¡aguardes!.

callaban sin desír chufa

amagaos dentro los árboles.

Por fin va y contesta Adán:

--Siñor, podéis dispensarme

si ante vos no me presento;

desnudo estoy...

-¿Ya tastastes

la bresquilla prolibida?

-Señor, la muquer d'enantes

me la va ofreser...

-¿Tú. Eva?

-La zierpe logró angañarme,

que lo qu'es yo no quería.

-¡pues amigos, la ensusiasteis!

Pa mí habeis perdido quinse.

La desobediensia es grande,

y grande será el castigo,

porque el pecado es muy grave.

Vos desí dende el prensipio

que coando tovierais hambre

comierais toda la fruta

que tienen tos estos árboles;

toda, toda, menos una,

y que ésa la respetaseis.

Hoy m'habéis desobedido

por querer a mí aigualarse,

pues al conoser la siensia

del bien y del mal pensasteis

que seríais como yo,

y como yo no habrá nadie

¡Largo, pues, del Paraíso,

que ninguna falta me hasen

los arquelinos en casa!

Y al plantarlos en la calle,

a Adán le dijo: -In suorem

vultos tui veseris panem.

Con la suor de tu frente

el pan tendrás que ganarte.

Y a éva le hiso la encomanda

de que... foera noestra madre,

disiéndoles a los dos:

-crescite et moltiplicámine:

Yesto no cal que lo asplique

que hasta los gatos lo saben.

(ya l'han mampresa eixes minses;

¡regáuse, dones, rigáuse!

¿ Que no estara aíxó desent?...

En el moment que yo parle

de sertes coses ya estéu

que vos cau la baba, Martes

En conte de fer chacota

y ser unes mal pensaes,

més valguera qu'eixes rises

y eixes vergoñetes falses

se convertiren en plors

d'arrepentiment, ¡Chifláes!

¡Qu'esféu més chiflaes totes

dende que anéu a les fábriques

de Valensia a treballar,

que no hiá qui vos aguante!

Sempre, al anar y al tornar,

vech qu'anéu entremesclaes

en los fadrinots, y vinguen

les bromes y les rialles,

els pesics y els espentóns,

cosquerelles y palmaes,

com si Deu no vos mirara

La culpa es dels vostres papes;

si ells cumpliren en son deure

y a palises vos unflaren,

no donaríeu l'escándalo

d'anar tan abandonaes

Pero tornem al sermó

No m'anrecorde ahón estábem..

¡Ah, sí!)

Adán y Eva perdíeron

el Selo y mos fastídiaren,

pues se tancó en paño y clavo

pera todos los mortales,

handa que Dios bondadoso

quiso venir a encarnarse,

redemiendo a todo el mundo

con su porísima sangre,

y va aubrir de par en par

las manciones selestiales,

pera que cunto a su trono

eternamente adorase

el hombre sus perfecsiones

y repitiese constante:

Candileta tabernacula

tua, Domine. ¡Cuán adorables

son, Siñor, tus tabernáculos!

Cuán amables tus altares!

El altar por anselensia,

hicos míos muy amantes,

es la Patria Selestial,

el Sielo gloria anefable,

manción de la eterna dicha

pera los pobres mortales,

y la herensia más presiosa

de noestro devino Padre.

¡El Sielo! Sólo su nombre

endolsa noestros pesares,

perque anvoca en noestras almas

aquel deseyo ansasiable

de poseder al Dios trino

y eternamente adorarle,

ampulsados como el hierro

paca l'imán que lo atrae.

(¡Hala, fill meu; furga, furga!

Per lo vist hiá festa en Nápoles

cuant netechen els comúns

¡Che..¿No hu anténs? ¡Que no 't rasques

el posterol d'eixe modo,

que t'eixirán almorranes.!...

¡Mardano,.y encá se riu

ycontinúa rascantse!

Visantet, trau un estrínchol

pa qu'este chove se rasque

¡Estos están en la iglesia

lo mateix qu'en un estable!

¡Siñor! ¡Siñor! ¡Perdoneulos,

que no saben lo que s'hasen...!)

¡Oh, Querusalem Seleste!

¡Oh, Santa Iglesia trunfante!

¡Oh, Comunión sacrosanta!

¡Quién de tú formara parte

y foera amorosa vítima

pera en tu altar asmolarse!

Candileta tabernacula

tua, Domine ¡Cuán astimables

son, Síñor, tus tabernáculos!

¡Cuán amables tus altares!

(Cuant yo dic tus fabernáculos,

no vacha algú a figurarse

que parle de les tabernes

o tendes ¡Deu que vos guarde

d'entendre tal herechía!

Pues sapiáu qu'el tabernacle

o tabernácul, es puesto

de coses molt més sagraes,

yvol dir l'altar, la iglesia,

,Y en fi aixó; llámese hache.)

Candileta tabernácula

tua, Domine. ¡Cuán astímables

son, Siñor, tus tabernáculos!

¡Cuán amables tus altares!

Estas presiosas paraulas,

si es que queréis ascoltarme,

van a ser pa mí la tema

de mi sermón; pero antes,

y pa que mis torpes lluses

poedan bien desenrollarle,

preguémosle a la Síñora

que mi carro no s'astaque,

saludándola devotos

con las paraulas del Anquel:

AVE MARIA

Candileta tabernacula

tua, Domine. Cuán astimables

son, Siñor, tus tabernáculos.

psalmi Penitensiale. Ele. Tres equis; tres is.

Hermanos míos amables

en los puros corasones

de Quesús y de su Madre.

(Callem; a vore éíxes dones

quant acáben d'asantarse

¡Arrastréú més les cairetes!

¡Aixina... ¡Em dona un corache

eixe visiet que teníu,

qu'el día que yo me canse

s'acabarán les caíres,

y la que vullga asentarse

s'aponará cul en terra!

¡Escandaloses! ¡Bagases!

¡Dempués que veníu amisa

y tot es pegar becaes

com si prengéreu la siesta,

cada volta que hau d'alsarse

encá arméu en les cairetes

exe riqui, riqui, raque

que sabéu que me reventa!

Clar, esfic desgañitantme

y no me sent ni la trona.

¿Es que les meues paraules

ixen de gola de ferro?...

¡Pos sapiáu que cuant yo parle,

ni em regalen la saliva,

ni vullc gastarla de báes!

S'ha acabat. Conque silensi.)

Nada poede compararse

al sublime aspentaculo

que la presensia adorable

del Siñor allá en el Sielo

ofrese a todos los ánqueles.

Llus vivísima l'inunda,

mil sentellos de diamantes

enrayando en su corona

rellusen por todas partes

y enllumenan su cabesa

con reflecos desllumbrantes.

Una orquesta d'anquelitos

canta alegre y sin cansarse

cansones dulses,

moy dulses, mentras

suran allá en l'aire

unos nugolitos blancos

que poco a poco ascampándose

vam ompliendo d'aulorita

aquel devíno paisaque.

Candileta tabernacula

tua, Domine. ¡Cuán astimables

son, Siñor, tus tabernáculos!

(¡El dimoni del orache!..

che, Sento, tanca la porta

que así anén a costiparse..

¡quin airet més sicatero!)

¡Qué vida la de los ánqueles!

Obrar y pensar, por causas

siempre sobrenaturales:

en todo ver al Dios vivo;

en Dios respirar amandole

y vivir únicamente

en Dios per eternidades,

es la vida más perfecta

qu'uno poede figurarse.

En el anquélico coro

de todas las potestades

hay la mar de ascalafones

que no poedo anrecordarmen

ahora cómo se disen...

Pero llamémosles hache

La coestión es que disfrutan

todas las felisidades

y se maman la gran vida

sin tener que sofocarse.

Vosotros, hermanos míos,

bien podiais aimitarles,

si es que tinguerais más fe

yno foerais tan cobardes

pa las cosas de la Iglesia.-

Perque, si cuatro morrales

que no valen todos cuntos

un roín chavo d'a cuatre,

s'empeñan en que los curas

ylas monjas y los flaires

desaparegan del mapa,

no sois cristianos lleales

consintiendo estas cosas,

en coenta d'ir al combate,

vos ficáis dentro de casa

ycascuno que s'apañe,

com si todos no astuvierais

redemidos con la sangre

de noestro Dios Quesocristo,

qu'es además noestro padre.

¡Angratos!... ¡Angratos hicos!

¡Y qué angratetut más grande.

(¡Che!.. ¡M'agrá la pasaeta!

¿No dus mocaor de mocarte.

¡Aíxó, tórcat en lo banc,

y el que vacha allí a sentarse

que s'anduga les caneles!...

¡Serán els chiquillos cafres!

¡Tot hu an de fer en los dits,

quan no hu deixen en les mánegues!

¡Torca el banc en lo faldó

de la camisa, salvache!.

Per més que vosté els predique

no trau res, encá qu'els mate.)

Esta angratetut del hombre

es l'oriquen de los males

que la sosiedat padese.

Todas las calamidades

que aquí en España sofrimos,

d'ahí vienen todas. d'ahí nasen:

perque hoy todos los cristianos

s'han decao apoderarse

per los llibre-pensadores,

cudíos y protestantes.

Mírad sinós los mazones,

enemigos consilíables

de los altares y el trono,

cómo están per todas partes

pedricando la maldat,

que ca día va ascampándose.

Per ellos coquieron Cuba

y Felepinas los llanques.

¡Sí, señor, no cal que digan;

per esos tíos tunantes!

¿Y los cristianos aguantan

a esos ateos anfames,

en esta bendita tierra

que regaron tantos mártires

confesando a Quesocristo

y per ell dando su sangre?

¿No ha d'anviar Dios castigos?

Y los mandará más grandes,

si su gran misericordia

no perdona estas maldades

¡No, Dios mío, no premitas

al cristiano condenarse;

que sepia lo qu'es tu gloria

y tus goses selestiales,

y has que voelva el hico pórdigo

a la casa de su padre,

arrepentido y ploroso,

pera en tu sieno astrecharle!

¡Aubriros, sí, corasones!

O sinós dadme las llaves

de la más tiendra asperansa

en Dios, y haremos un viaque

volando en lo pensamiento

y vos llevaré de balde

a la manción resplandente

de las lluses eternales.

Venit, sí, venit conmigo;

no llevéis otro antipaje

que la fe qu'ha de alumbrarmos

y en cuidao que no s'apague.

¿Veis qué lluses, qué auloritas?

Pos seguit más adelante.

¿Veis qué millones de santos?

¿No veis ahora a los arcánqueles?

¿Veis allí a los patriarcas?

Pos más allá están los mártires

cunto al trono del Siñor,

bendisiéndole y amándole.

Ya aplegamos, ya está serca,

vetlo al fin: ¡El es, miratle!...

Postraos ante su gloria

y desitle:--Dios amable,

tú eres el sol de las ánimas,

y a tu calor fecondante

brollan en mí los deseyos

y apetitos ansasiables

d'ancantarme como un bobo

antusiasmado mirante,

y pasar años y años

posediéndote y amándote

con ese amor tan ardente

con que t'amarán los ánqueles.

¡Ay!... ¡Coántos remordimientos

el ánima me deshasen,

esgarrándola a miquitas

al recordar mis maldades!

¡Perdón!... ¡Perdón, Dios bendito.

pera este gusano anfame

que ascupió su baba anmunda

sobre tú, Quesús amante!...

Pa el que abandonó la senda

que regares con tu sangre,

viviendo siempre a la briba

como los potros salvaques,

sin más rienda ni bocao

que sus paziones zensuales,

que los visiozos plaseres

que tú ibas apartándole.

afonando aprisa, aprisa

en los antros enfernales

de la perdisión eterna

a su alma, per bruto y cafre.

Yo m'alsaba de mañana

sens'a Dios encomendarme,

y enantes d'ir al trebaco

m'acuntaba en tres pelambres

qu'estaban en la taberna

tos los días asperándome;

y matando el cusanito

me gastaba los cornales,

y tanta águila me hasía

que, allegaba a enborracharme.

Denprés, al llegar a casa

con una bufa tan grande,

¿yo qué tenía qu'haser?

ir ala dona y pegarle

una pasada de verga

y a dormir handa atontarme.

¿Trevbacar yo? ni por pienso.

Las muqueres que trebaquen,

que si alguna vez los chicos

disen: "pare, llárgue's, llárgue's,

cómprem una rosquilleta,

mire que yo tinc fam, pareú,

en darli una bascollada,

llora en coenta d'esmayarse.

¿Ir yo a misa los domingos?

en camás de los camases.

Y ¿pa qué? ¿si m'adormía

al acabar de siñarme,

y roncando com un serdo

no solía despertarme

més que al dar la bendisión

coando sd'iban a la calle!.

Mis más grandes enemigos

eran tos los capellanes,

y no podía tragar

ni a las moncas ni a los flaires.

Pa mí el cristiano devoto

era un beato acnorante,

un ampróquita indesente,

un carlistón roín, cobarde.

Pero en vano es que yo vuide

la saria de mis maldades.

Vois sabéis cuán malo ha sido,

pos los crímenes jmás grandes

pesan sobre mi alma empura...

Es desir, pesaban antes;

que ahora tu misericordia

ha podido perdonarme

y renasco a noeva vida

santa y pura al contemplarte,

y vuelvo a la madre iglesia,

y moriré en ella amándote,

repitiendo con David

en fervor siempre constante:

candileta tabernácula tua,

domine: ¡cuán astimables

son, Siñor, tus tabernáculos!

Mi casa son tus altares.

(¡Profit!;Bó está el porc, cuant rota!

Descansats debéu quedarse

cuant soltéu un desahogo

com eíxe, qu'ha segut mascle.

¡Recaballers, quína gola

y quín groñit més salvache!

Eix'home es capás de fer

en un rot un sopar agre.

Así está vist qu'es ínútil

reptarvos totes les faltes,

perque 's quedéu lo mateix.

ya he dit trenta mil vegaes,

que cuant estéu en la íglesía

no estéu en níngún estable.

Qu'aixó de tirarse rots,

dormir, roncar y... furgarse

els nasos fent mondonguilles,

com fa aquell qu'está mirantme...

¿Che, que huí tens convidats?

¡No pares, fill meu, no pares

hasta qu'isquen redonetes!...¡

Siñor, cuántes cochinaes!...

¡Doneume molta pasensia,

perque no puc aguantarme!

Pero seguim el sermó.)

Mi casa son tus altares.

M'apartó d'ellos el mundo

con sus nesias vanidades,

yenfangado en torpes visios

llegué, angrato, handa olvidarte;

pero hoy tu misericordia

los tiendros brasos me abre,

en ves de en vara de hierro

como boticha asclafarme,

que bien me lo meresía

por mis pecados tan graves.

Domine diligam te.

¡Ah Siñor, tengo de amarte!

Tú eres sin duda mi Dios,

perque, no nesesitándome,

m'has conservado la herensia

que pera mi preparaste

y me la restituirás.

Restitues heredítatem.

Y esa herensia más presiosa

qu'el oro y que los diamantes

es la pozesión divina

de vivir en tú, adorándote,

per tota la eternitat

qu'enjamás ha d'acabarse,

comiendo dulses coquitas

con miel y arrop y guirlache

arrimadito a las vírquenes,

a los santos y a los ánqueles.

Más, Siñor, ¿habrá algún guapo

que anfelís llegue a pensarse

que para guañar el sielo

no és menester sofocarse?

In tabernaculo tuo,

Domine, quis habitabit?

¿Quién habitará en tu templo?

¿Quién traspondrá sus umbrales

pera replegar la herensia

qu'en el sielo nos decaste?

aquel que tus mandamientos

fielmente cumpla y acate,

y con fe viva y ardiente

sepia en su vida acustarse

atodas tus santas leyes,

ese logrará salvarse.

Aspinoso es el camino,

mas ¡ay d'aquell que s'aparte

d'esa senda heroica y santa!

Su fin será condenarse.

Es custión de vida o muerte:

o las glorias selestiales

cunto al Dios custo y clemente

con los santos y los ánqueles,

o al infierno tenebroso

cunto a Satanás anfame,

privados eternamente

de ver a Dios y a su Madre.

Pues la elesión no es dudosa;

no seamos animales

y vivamos com Dios manda

per la coenta que mos trae,

que las cosas d'este mundo,

angarsadas de brillantes,

con la Patria Selestial

nunca podrán compararse.

Melior díes una in atris

est super milia. Pos vale

mucho más un solo día,

que durará eternidades,

en la entrada de tu casa,

que foera d'ella millares.

¡Señor, Dios eterno y santo,

misericordioso y grande!...

(¡alsa niu, vinga altra volta

el roído p'achenollarse!

¡Cuan yo dic qu'eises cairetes

s'acabaran, pues s'acaben!

Pera el dumenche que vé,

totes les que duguen catre

o caireta... d'embrutar,

faran favor de deixarles

a la porta de la iglesia;

s'acabat; qu'asó es burlarse.

¡Así si ú no te enerchía,

se l'impuchen a les barbes.!)

¡Señor, Dios eterno y santo,

misericordioso y grande,

a tú en nombre d'este poeblo

me dirico suplicante,

pa pedir que no premitas

que tu protesión s'¡aparte

de los pobres desterrados

qu'habitan en este valle!.

Consédenos, Dios clemente,

consuelo a nuestros pesares.

Ensiende los corasones

en tu amor, Cristo adorable,

y la pas que en esta vida

gosemos con fe constante,

seia en prenda de la gloria

qu'a todos deseio. Amén-

Resemos tres Aemarías.

La primera pa que acaben

pronto todas las cuestiones

contra las moncas y flaires

que no hasen mal a ninguno.

La segunda pa que alcanse

la salud, si le conviene,

el So Nofre Chuplallanties,

protector de esta parroque,

enfermo dende ayer darde

de una fartá de bacoras

y que ahora está agonisante.

La tersera pa que Dios

premita que se recauden

pronto los sincuenta duros,

o díganse mil reiales,

pa dorar l'altar de Cristo,

que bvuena falta li hase.

Y todas tres en sufraquio

de las almas venerables

que están en el porgatorio

padesiendo.--Dios te salve...

Día 15 de septiembre de 1902

Fiesta de san Nixcomedes.

 
 
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