Lo que más me sorprendió de ti,
Fue tu forma de verme,
de una forma diferente,
De una forma especial.
Me veías como una mujer sin defecto, como la mujer ideal,
Y lo mejor de todo,
Que surgió de la amistad.
A mí me pasaba diferente,
vivía algo real,
un amor sin fronteras,
Y más fronteras sin amar.
Un día algo nos sorprendió,
nos sorprendió el atardecer,
y de lo que ocurría, me dejé llevar hasta el amanecer.
Sabía que esa tarde me sorprendías,
sabía que esa tarde te compartía, pero lo que nunca pensé,
es que esa tarde te perdería.
A mí misma me juré,
que algún día volverías,
Día tras día lo decía,
y hora tras hora te sentía.
Cuando menos lo esperaba,
una llamada lo logró,
una voz con un te quiero,
y un amor con solución.
Otoño de 1988