El alma se serena
con el suave tañer de las campanas
dulces. De perdón llenas,
que anuncian la mañana
y ofrecen su cantar en tu ventana.
El perdón deseado,
es un clamor de voces silenciosas
que ríen en el prado
de libertad dichosa,
Cuya Luz es el alma de las cosas.
La Luz sólo sentida
através del sonido primordial,
acaricia tu vida
con mano terrenal,
que transmite ternura celestial.
Me contaste aquel sueño
basado en el temor a los castigos,
de cuando eras pequeño.
Rió el padre contigo.
Jugando a perdonarte fue tu amigo.
¿Crees tú que oscurecen
tus acciones lo hermoso de tu vida?
¿no ves que resplandece
la Luz más decidida?
¿No sientes que te guía a la salida?
Quizá la oscura noche
te engañe con silencios luminosos.
Quizá te hagas reproches
por no hallar el reposo
buscando los amores elogiosos.
Quizá quieras juzgarte
y llores por creerte condenado.
Tu Padre quiere hablarte.
¡Escucha su recado!
Él sólo ve tu Amor. nunca el pecado.
Él no es juez ni verdugo.
Al no entender su Gracia y su regalo,
te fabricaste el yugo
de lo bueno y lo malo.
No entraste en lo vacío de su alo.
Aliento de consuelo,
es la naturaleza del perdón.
Inmutable ante el duelo,
rescata el corazón
del turbulento mar de la razón.
Tras años de trabajo
creyendo que ganabas su morada
yendo arriba y abajo,
descubres que no hay nada,
sino misericordia desatada.
¡Simple misericordia,
que da sentido a todo lo que existe!
No importa la discordia
que habitas cuando triste,
no ves la mano eterna que te asiste.
Si sales a buscarla,
no temas desviarte del camino.
Tu deseo de hallarla
sellará tu destino.
Dejarás de escuchar los falsos trinos
del pájaro del tiempo,
que trata de hechizarte con su encanto.
¡No entres en su templo!
¡Que no te dé su manto
que te ata a su red de risa y llanto.
las lágrimas sinceras
que emiten su quejido penetrante,
son la perfecta hoguera,
que quema lo sobrante
y sólo queda Dios, tierno y amante.
Sólo Dios y su abrazo.
Él será para ti, lo que tú quieras.
Se niño en su regazo.
Su corazón espera,
que ya no tengas miedo a aquellas fieras,
que un día te apartaron
de la Hermandad sutil y generosa.
Tu mente la mancharon
de ideas ponzoñosas
que querían ser cielo y eran fosa.
El perdón se divierte.
Será padre. Hermano. Es tu Amigo.
Humilde, viene a verte.
quiere vivir contigo.
¿Vas a negarte a que te dé su abrigo?
Desnudo de tinieblas,
su sol brilla en tu alma dulce, eterno.
Ya ningún monstruo puebla
tu corazón. Ya tierno,
borraste la amenaza del averno.
El bálsamo que aplica
el perdón a los siglos de ignorancia,
redime y vivifica.
Aviva la nostalgia,
cual fuego hacia el Amor. Hacia su estancia.
¡Nostálgicos anhelos
que evocan universos conocidos
donde no había celos!
¡Donde no había olvido!
¡Donde Dios es el rey de los sentidos!
Los sentidos cubrieron
con su magia la Luz de tu existencia.
mas hoy retrocedieron,
ante la transparencia
del dueño del Amor y la inocencia.
la inocencia es gozosa.
Renuncia a la prisión de la armadura
de ideas enojossas
que mantienen a oscuras
tu niñez. El volcán de tu locura.
Tu infancia es esa meta,
donde están los tesoros añorados.
Está la risa quieta.
El domingo soñado
con la voz permanente de tu Amado.
¡Confía en el domingo!
¡No temas al pasar del calendario!
Ya te ha tocado el bingo.
Disfruta del rosario
que llueve bendiciones a diario.
Bendito es el festivo
banquete en la mesa del perdón.
El Padre compasivo
te acoge en su Mansión.
Te regala la llave de su arcón.
El arcón no es la caja
de Pandora, con ruido inacabable.
Lleva en sí las alhajas
de silencio inmutable
transformado en caricias adorables.
¡Caricia muda y quieta,
que te muestra su Amor sin enseñarte
efímeras caretas!
¡Suelta ya tu estandarte
y acércate! ¡Que Dios quiere abrazarte!