SIÉNTATE CONMIGO
  Luz de Domingo (Roberto Enjuto)
 

 

 

Luz de Domingo.

Roberto Enjuto

De pequeño, había un remoto mensaje en cada despertar dominical. Era algo indescifrable. Sigue siéndolo hoy, aunque al menos, puedo tener Fe en ese algo; en esa conciencia humilde y simple.

Tú la llamas luz de domingo y desde mi ceguera admito ese nombre sin dificultad.

Esa luz, esa conciencia, es mi raíz más íntima. Desde esa luz, muchas veces me habló una voz que nadie quiso identificar; pero que desde lo más profundo de mi Ser, conocí muy al principio. Esa voz, esa mano tierna, es quien me decía y me dice, que tengo derecho al Amor y a ser feliz. Esa luz, me habló y me habla en forma de miles de voces en las que hallo motivos para amarlo todo y para seguir creciendo.

la luz de domingo, inventó el descanso perfecto, en el que no caben conflictos, porque sólo importa la hermandad.

Sin embargo, a fuerza de negarla, olvidé esa vieja ancla a la que aferrarme y navegué perdido, buscando otros puertos y negándome a mí mismo. Intenté reinventarme, sin darme cuenta de que ya lo tenía todo en esa luz, en esa voz y en esa mano.

¿Cómo podría encontrar la manera de agradecerte esa entrañable expresión? ¡luz de domingo!

Toda la belleza que conozco en el universo, todos esos grandes poemas, piezas musicales y literarias en general, en definitiva: toda la grandeza humana, está impregnada de esa Luz.

Las cosas pequeñas, los detalles insignificantes de cada día, que te sirven para hacer tus historias y tus películas, tienen su brillo en esa luz de domingo. Hay luces de otros días, naturalmente; pero descubrir la Luz de domingo, es como descubrir el propósito más genuino en la vida del Ser Humano. Sólo conociendo esa Luz, alguien puede transformar lo más abyecto, en algo sublime y mostrar la verdadera grandeza de las personas. Conocer la Luz de domingo, es como conocer a Dios y ningún ejército maligno, podrá imponer sus designios sobre la suprema bondad.

Gracias por esa Luz, querido José luis.

Roberto

 

Poema

Dominical; tranquila primavera.

Huelo a tierra mojada y a colegio.

Me has atrapado con tu sortilegio

que mis viejos amigos vociferan.

Su canción es la dulce enredadera,

que hace correr mi alma hacia tu regio

palacio en que el Amor es Evangelio

que me lleva a la luz y me libera.

Tu luz es de domingo porque crea

un sendero de fiesta y alegría,

que hace que sepa a néctar la amargura.

Ayudas al humilde que desea

el compasivo sol de este, tu día.

La calma que sus rayos nos procuran.

Sobrecoge mi espíritu la fiesta,

de la que surgen todos tus instantes.

cada segundo tuyo es puro arte,

que me hace reposar en suave siesta.

A través de mil juegos manifiestas,

mi aspiración antigua de abrazarte

y que tus rayos sean el amante

Padre cuyo susurro me despierta.

Escucho las campanas de tu Casa,

que me invitan a entrar al gran banquete.

A alimentar el alma de belleza.

Tu mansión es hoguera que no abrasa.

Sólo quema mi orgullo y mis dobleces

exhibiendo su llama de pureza.

Tu silencio, desnudo de tinieblas,

manifiesta la música del río

de amor, en cuyas aguas no hay hastío.

Su rumor es la música que aquieta.

Tus pacíficos rayos se despliegan

en ceguera o visión; calor o frío.

Su caricia bendice aquel vacío,

donde el rey, parecía ser la niebla.

Mi credo es la bondad. Es la ternura.

Creo en ti, que me hablas desde dentro

y me empujas a ser mejor persona

entregando mi alma sin mesura,

a quien sufre. A quien te cree lejos.

Gracias, Luz de Domingo. Eres mi ahora.

 

 

 

 
 
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