Hoy es martes por la noche,
Víspera de la contienda.
En cualquiera de los grupos
Se organizan las apuestas.
Es el último recreo;
Las energías se centran
En agudizar sentidos
Interpretando la escena.
La lluvia reporta el ímpetu
De diversiones externas,
Y, dando vueltas al pórtico,
La chavalería piensa:
¿Remontará el resultado?
¿Río revuelto, habrá pesca?
Pues en hablando de peces,
Por el segundo es mi apuesta.
Empataremos a puntos
Si yo acierto y tú lo yerras;
Mas creo no equivocarme
Con este olor que nos llega.
En tales disquisiciones
Abre el comedor sus puertas.
Novedades de amplio espectro
Por la fila se comentan,
Y aspirando intenso aroma,
El recelo se apodera.
Yo escucharé a Valdivieso,
Que de nosotros se acuerda.
Yo adoro a Pepe Bermejo.
Matías Prats es mi enseña.
Al irrumpir en la sala,
La algarabía se altera,
Repartiéndose los murmullos,
Cada cual junto a su mesa.
La sopita de verdura
Que sirve la camarera
Presagia otra noche insomne
Añorando la despensa.
Las cucharas se acomodan
Cual indolentes obreras,
Aguardando las señales
De interrumpida cadena.
Fétido olor nauseabundo
La entraña invade e impregna,
Apartando el caldo exiguo.
Se adivina la protesta.
Ya te lo dije, Miguel,
Y tú que no te das cuenta:
Ganancia de pescadores,
La eliminatoria es nuestra.
Han retirado las sobras;
Ya el segundo plato llega.
El murmullo se acentúa
En colectiva respuesta.
Comprendemos el mensaje
Que se expande y se revela;
Volteamos ya los platos,
Que han rechazado la cena.
Ya percuten los cubiertos.
Ya se asustan las sirvientas.
Nos levantamos en tromba.
Doblamos las servilletas.
Aguardamos en silencio
Con expectativa incierta.
Permanecemos en pie,
Cada cual junto a su mesa.
¿Jugaremos la final?
Mañana será la fiesta.
Jugaremos la final,
Si el equipo no hace huelga.
Deben haber advertido
A la máxima gerencia,
Porque el comentario agudo
Por toda la estancia suena:
Alguien farfulla muy breve
Palabras poco concretas;
Un error de condimento,
Pronostica y asevera.
Mitigados abucheos,
Sordinas e indiferencia.
Disculpas vacuas que nadie
En su fuero interno acepta.
Serviremos bocadillos.
Y se retira y se aleja.
Algunos siguen de pie,
Otros, cansados, se sientan.
Escuálidos panecillos
A una juventud hambrienta,
con un contenido amorfo
y muy ajustada cuenta.
Y lo abandonamos todo
Con desnutrida paciencia.
Hoy es martes por la noche,
Víspera de la contienda.
16 Junio de 2018