SIÉNTATE CONMIGO
  Carta de un Quiosco de la ONCE (José Molina Torres)
 
 
 
 
  Carta de un Quiosco de la ONCE
 
  José Molina torres
 
QUERIDA MARIAN:
Hoy es un día muy triste para mí, porque después de 12  años de convivencia en los que día a día he ido conociendo todos y cada uno de tus más preciados secretos, has decidido abandonarme y dejarme sumido en la más absoluta desolación, y no sé si seré capaz de hilvanar unas más que merecidas palabras de despedida.
Recuerdo con emoción las expectativas que se crearon en torno a mí cuando JOSE se despidió de mí, eran muchos los vendedores que anhelaban compartir conmigo todas esas horas de trabajo que tú y yo hemos pasado juntos. Hasta que nuestras vidas se cruzaron, a mí me era indiferente el compañero que me utilizara para realizar dignamente su trabajo, pero hija mía, llegaste tú  y mi vida cambió.
Lo primero que me llamó la atención es lo bajita que eres, me preocupaba que no fueras capaz de utilizarme completamente. Qué equivocado estaba, me resultaba gracioso ver cómo te estirabas y te las ingeniabas para aprovechar todos y cada uno de mis espacios para cubrirme de productos, y es que todo tu afán era que siempre, el público cada vez que me miraba me encontrara bien repleto de ilusión. A lo largo de los años, te han ido educando para que cada vez me fueras cubriendo de más y más carteles, hoy ya no sé si hay expuestos más productos o carteles, me da igual, yo me quedo con el recuerdo de la resignación de una proactiva vendedora que siempre supo cumplir con sus obligaciones e instrucciones.
No quiero que te vayas sin que sepas que cada vez que no estabas tconmigo  cuando llegaban los clientes y no te veían, miraban y remiraban y al con encontrarte se dibujaba en su cara una mueca de desconcierto y extrañeza al no encontrar a su vendedora preferida que con tanta gracia y simpatía los colmaba de ilusión, a esa persona que con afabilidad y amabilidad les resolvía sus dudas y les daba las indicaciones para encontrar su destino y a esa paciente y encantadora mujer que sabe escuchar como nadie esas historias de la vida que le confían las personas.
No te preocupes, sabré guardar todos esos secretos inconfesables de los que he sido testigo, pero quiero que sepas que en mi memoria queda el recuerdo de esa voz alegre y dicharachera que ha dejado entre estas cuatro paredes un caudal interminable de palabras y sonrisas, el de los libros que tu iphone nos leía en esos ratos en los que nadie se paraba con nosotros y con la impotencia d no poder hacer nada cuando algún desaprensivo tenía la osadía de engañar a la mejor vendedora que hasta el momento ha compartido su trabajo conmigo.
Llega el momento de decirnos adiós, sé que para tí es difícil, para mí es un trauma y para la ONCE UNA PÉRDIDA DE UNA EXTRAORDINARIA PROFESIONAL DIFÍCIL DE SUSTITUIR.
El quiosco de la Calle el Carmen te da las gracias por todos los años que has pasado con él, por tu profesionalidad y simpatía, y de todo corazón te desea en tu nueva etapa toda la suerte que tú te mereces.
¡NO TE OLVIDES DE VENIR A VISITARME DE VEZ EN CUANDO!
 
 
 
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