Un cuarto de siglo juntos
Cuando están a punto de cumplirse 25 años de relación con el sistema de lectoescritura utilizado por las personas ciegas, plasmo aquí alguna de mis experiencias, imaginando qué tipo de preguntas haría un periodista, y cuales serían mis respuestas.
1 P. ¿Cómo conociste el sistema braille?.
R. Me lo presentaron cuando yo todavía estaba en la guardería, y nuestra cita no fue satisfactoria. Esa maraña de puntos era ininteligible para alguien que apenas sabía decir cuatro palabras, y apuntaba maneras en cuanto a la poca maña que tiene para realizar ciertas tareas donde el uso de la mano es primordial. Dicen que una retirada a tiempo es como una victoria, los especialistas que me trataban, decidieron al menos momentáneamente poner fin a nuestros encuentros, pues aunque el braille es sencillo de aprender, como todo requiere su esfuerzo.
Dos o tres años después, me explicaron que esos puntos que a mí me resultaban tortuosos, fueron creados por un francés llamado Louis, el cual perdió la vista a los tres años pero eso no le impidió explotar su inteligencia hasta inventar un código de lectoescritura mucho más cómodo que el usado por él durante su aprendizaje.
Con nueve años volví a la carga, y esta vez, gracias a mi constancia y al empuje de los míos, conseguí entender lo que esa combinación de puntos supondría para mi desarrollo cultural.
2 P. ¿Cuándo descubriste que no podrías desengancharte del braille?.
R. La señorita Merche nos daba para leer una colecccccción de cuentos (de la media lunita).
No recuerdo el título de aquella historia, pero tenía los nervios a flor de piel porque por primera vez me enfrentaba solo a un librito aunque éste tuviera pocas páginas. ¿Cómo le explicaría la seño que no me había enterado de nada?.
Afortunadamente fui capaz de leer aquellas líneas y sentí que la lectura sería imprescindible en mi vida.
Aquel verano del 93 estuvo marcado por las aventuras y desventuras del mentiroso Pinocho, los mensajes ocultos del principito o revistas que la ONCE me enviaba a casa. Estas primeras lecturas pusieron los cimientos para que pudiera aceder a obras de mayor enjundia.
3 P. ¿Cuál es la relación que tiene el braille con tu entorno familiar y amistoso?.
R. Todavía hoy resulta llamativo ver como recorro con mis dedos cada línea. La gente cree que debe ser difícil aprender a leer así, y la mayoría de personas asegura que no serían capaces de ello.
Yo resto importancia a mis supuestos méritos, y les digo que todo es cuestión de práctica, y que no me queda más remedio.
Con mis padres hay algo más de conflicto. Los libros en braille ocupan mucho espacio y ellos estarían encantados de que vaciara las estanterías. Mi argumento es muy convincente o eso creo. Tirar un libro es un sacrilegio.
He tenido que hacer excepciones, pero aquellas obras que siempre he querido conservar están a salvo.
4 P. ¿Qué futuro le espera al sistema de lectoescritura para las personas ciegas?.¿goza de buena salud?.
R. Cuando nació la radio pronosticaban la muerte de la prensa escrita, el mismo final le esperaba a la radio con la llegada de la televisión y con el braille...
Pues ocurre exactamente lo mismo, las nuevas tecnologías iban a desplazarle. La experiencia demuestra que nuestro querido código se está adaptando perfectamente a los cambios impulsados por los ordenadores, los teléfonos inteligentes o las tabletas. Ya sabíamos que las líneas braille nos permiten leer multitud de textos a los que no tendríamos acceso de otra manera, gracias a que las conectamos a una computadora, pero resulta que también somos capaces de manejar un teléfono móvil con ellas y sin cables de por medio. En conclusión, quien no usa el braille es porque no quiere ya que hay recursos de sobra.
6 P. ¿Qué ventajas y desventajas tiene la utilización del braille?.
R. Inconvenientes... ninguno y ventajas... el aprendizaje de nuevos idiomas, el conocimiento de una disciplina tan querida y asociada a las personas ciegas como la música, la posibilidad de escribir correctamente cuidando al máximo la ortografía... en fin, podría seguir y no acabaría.
Pienso que toda persona con discapacidad visual debería conocerlo sea o no invidente, y tendría que ser objeto de estudio en los centros educativos, pues en muchas ocasiones se produce descoordinación cuando se presenta en el aula alguien con deficiencia visual, por lo que el conocimiento del braille por parte del profesorado, aunque sea mínimo, solucionaría muchos problemas.
7 P. Para finalizar, ¿quieres dar algún mensaje a nuestros lectores?.
R. Aprovechemos las posibilidades que nos brinda un código universal, y que tiene 191 años de historia. Me quedo con la sección final del programa la estación azul que emite todos los domingos radio nacional. "Quien lee vive más".