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  El Braille en el Mundo; Conferencia Iberoamericana del Braille, 1999 (Pedro A. Zurita Fanjul)
 
 
 
 
  El Braille en el Mundo
  Conferencia Iberoamericana del Braille 
  14 17 de septiembre de 1999
 
  Pedro A. Zurita Fanjul
 
1. El Braille hoy 
 
Es un halagüeño síntoma de la universalidad del Braille el que su empleo se extienda realmente a todo el mundo. La preocupación por fomentar su uso es general, y cada día más en muchas partes se emplea  el Braille para favorecer la accesibilidad. En ciertos países, se  utiliza para señalizar ascensores; en otros, hay envases de medicamentos que llevan una inscripción en Braille con el nombre del producto que contienen (en esta Conferencia hemos tenido conocimiento de una experiencia argentina en ese sentido que va mucho más allá de lo simbólico); uno puede sorprenderse al topar en una tienda de vinos con que una botella está provista de un cartel en relieve en el que pueden leerse datos fundamentales sobre el precioso líquido...    Podríamos seguir esta presentación optimista y afirmar que a un  cierto nivel han desaparecido las  actitudes negativas hacia el Braille. No obstante, no todo es oro  lo que reluce. 
 
Que quede diáfanamente claro que estimamos que es un progreso significativo que en las personas con disminución visual, su capacidad visual residual merezca una atención diferenciada importante. Sin embargo, estimamos que es muy negativo el que todavía continúen exhibiéndose filosofías erróneas ante la dificultad de elegir el código de lectoescritura principal para determinadas personas con una disminución visual muy grande. Es obvio que muchos piensan que ver mal es cualitativamente superior a no ver  nada, y se resisten a recomendar el Braille a personas que hay indicios serios de que su código lectoescritor principal pueda ser el Braille. El sistema táctil se percibe como negativo, y su uso como un cierto fracaso. Ante un caso como ése, sin vergüenza, la introducción del Braille ha de ser la opción a seguir. 
 
2. El Consejo Mundial del Braille
 
Dejaré el año que viene la Secretaría de la UMC con el pesar de que no contemos con ningún organismo mundial que pueda tratar  cuestiones relacionadas con el Braille. Soy consciente de que la  resolución del asunto no es sencilla, y a nadie culpo por esta grave insuficiencia. En los años 50, la UNESCO creó una estructura de esa naturaleza, y la labor que la misma llevó a cabo fue muy encomiable. Más adelante, ese Consejo quedó subsumido en otros órganos del Consejo Mundial para la Promoción Social de los Ciegos, una de las organizaciones que se autodisolvió para crear la UMC. 
 
Lo cierto es que necesitaríamos contar con una estructura que trabajara por la unificación de códigos utilizables en todas las áreas lingüísticas, y al que se pudiera acudir para obtener cierta información fundamental. Esa entidad tendría también la misión de velar por el cumplimiento de determinados principios que han de respetar todos los códigos. 
 
La dificultad es que este organismo necesitaría recursos, y que  de él deben formar parte personas con una visión amplia (aunque sean  ciegos) y con competencias lingüísticas y un buen dominio de todos  los recursos del Braille. Cuando haya una conciencia  clara sobre su necesidad, estoy convencido de que con la oportuna  implicación de todas las organizaciones que tienen interés en este asunto, el encuentro de una solución es viable. Es evidente  que se precisará disponer de una oficina permanente eficaz, y en el  mundo hay personas en distintas áreas lingüísticas con capacidad  suficiente para cooperar con esa estructura.
 
Es muy probable que tengamos que empezar otorgando al Consejo  únicamente una función asesora, y pronto su actuación justificará  su transformación en una verdadera autoridad mundial del Braille. 
 
Ya hubo intentos para unificar la multiplicidad de códigos Braille científicos, pero los trabajos no culminaron con éxito. Modestamente, creo que esa labor unificadora no debe ponerse en manos de los creadores de códigos concretos, pues es muy probable que piensen que lo suyo es lo mejor. Si aplicáramos de nuevo esa estrategia, no es de extrañar que el resultado vuelva a  ser la creación de otro código más, que no sea aceptado como la opción auténticamente unificada. En el empeño, han de participar personas con mentalidad abierta y bien conscientes de las ventajas que tendría el que en todos los países utilizásemos un código básicamente igual. Estudiantes y profesionales nunca quedarían suficientemente agradecidos a ese logro. 
 
El Alfabeto Fonético Internacional, en su versión Braille, precisa ser actualizado y, consecuentemente, revisado. Una tarea más en que la intervención del Consejo será esencial.
 
Los días 28 y 29 de agosto se reunió en Estocolmo (Suecia) el  Comité de Alfabetización de la UMC, y los días 31 de agosto y 1 de septiembre hubo en ese mismo lugar un encuentro del Ejecutivo de  la UMC. A propuesta del Comité de Alfabetización, el Ejecutivo  adoptó la resolución que se forme un grupo de trabajo para estudiar la creación de ese Consejo Mundial del Braille.
 
En esa misma reunión del ejecutivo,  se acordó también formar  una comisión que prepare una resolución para la V Asamblea  General de la UMC cuyo objetivo sea crear una Jornada Mundial del Braille. 
 
3. El Braille de 8 puntos y la notación musical
 
Quienes emplean líneas Braille o impresoras saben que hay muchas  tablas, y, naturalmente, es lógico que aspiremos a que haya un código  unificado del Braille de 6 y 8 puntos. A muchos les sorprenderá  que la ISO (la Organización Internacional de Normalización) está trabajando en la elaboración de un código de Braille de 8 puntos, y,  a tal efecto, tiene designado un comité sobre la materia. Esta iniciativa se basa en un proyecto que surgió en Alemania, y que contó en un principio con el apoyo de la Unión Europea de Ciegos. En los últimos días, hice un esfuerzo por indagar este asunto, y logré ponerme en contacto con la persona que abandera esa iniciativa,  quien me ha mandado inmediatamente las tablas  que están propuestas en ISO. Es obvio que esas tablas merecen ser conocidas en todas las áreas lingüísticas, incluida la española y portuguesa. Se están realizando las oportunas labores para traducirlas, reproducirlas y difundirlas. 
 
Aunque no se conozca suficientemente, es sumamente positivo el hecho de que un grupo internacional haya  elaborado un nuevo código internacional de musicografía Braille, y  en julio de 1996 en Amsterdam (Holanda) se llevó a cabo la ceremonia de lanzamiento de la versión en tinta y en inglés de dicho manual. Posteriormente, han aparecido versiones en otras lenguas. En España,  ya se dispone de una traducción española, de la que  existen versiones en tinta y en Braille. En este seminario la musicografía ha sido objeto de tratamiento. Es obvio que ese nuevo manual merece ser difundido, y hemos de ser firmes en el empeño de que esa unificación se aplique verdaderamente en todas partes.
 
Ese trabajo ha sido llevado a cabo por el Subcomité de Musicografía del Comité de Alfabetización de la  UMC. 
 
4. El Braille en áreas lingüísticas 
 
Si bien a nivel mundial sólo tenemos noticias de lo que se está  efectuando en el campo de la musicografía y el código de 8 puntos  en el marco de la ISO, es grande la actividad en varias áreas lingüísticas. En los últimos años, aparte del quehacer en este sentido en las áreas de habla española y portuguesa,  los países de habla inglesa han llegado a constituir una organización, el Consejo del Braille Inglés, que de forma tangible está promoviendo cooperación entre países clave, cuya influencia en el mundo no es indiferente. En este momento, el proyecto primordial que les ocupa es la elaboración del denominado código unificado. La idea es que entre los distintos códigos especializados, como el científico, el informático, el musicográfico, etc., se supere la total disparidad existente ahora, y se adopten signografías que posean un gran núcleo común. 
 
Ciertas organizaciones de países europeos de lengua francesa y los francófonos de Canadá han promovido el establecimiento de una Autoridad Braille del Francés, y en fecha reciente han acordado cambios en la signografía literal. 
 
Los países de lengua alemana cuentan asimismo con mecanismos de  cooperación, y hace muy poco han aprobado una pequeña reforma del código. 
 
En el caso de la aplicación del Braille al chino, el problema fundamental consiste en la imposibilidad de aplicar el Braille al  sistema de escritura en tinta, compuesto por varios miles de caracteres, que es ideográfico, o sea, que los signos representan conceptos, objetos, etc. El Braille desde el principio en esa lengua se basó en sistemas fundamentalmente fonéticos, muy  próximos al sistema pinyin de transcripción de las palabras chinas en  alfabeto latino, que se reformó en los últimos años, y que supuso que  al que normalmente nosotros conocíamos como Mao Tse Tung, se escriba ahora en alfabeto latino Mao Zedong. En los últimos años, la República Popular  China, Hong Kong, Taiwan, y últimamente Singapur, han puesto en  marcha mecanismos de colaboración. En este momento en China se ha introducido un código nuevo, que representa con más exactitud la realidad tonal del idioma y otros aspectos; pero los habituados al viejo código comprensiblemente se resisten al cambio. 
 
Sé que en los países árabes en los años 50 la UNESCO implantó criterios unificadores, pero en los últimos años la evolución no ha sido totalmente paralela en todos los países que hablan ese idioma. Hay un intento actualmente para que se unifiquen los distintos códigos especializados (matemáticas, estenografía, informática, etc...). Cuando se intentó aplicar un enfoque unificador al Braille árabe, se adoptó, por ejemplo, la decisión de que la lectura táctil se hiciera de izquierda a derecha, como sucede en otras lenguas, pero justo lo contrario de lo que en esa lengua se aplica en la escritura ordinaria.
 
5. El Braille en otras lenguas
 
Tengo noticias de que bastante recientemente el Braille se introdujo en Paraguay para el guaraní, en Ruanda y en Bhutan, y los aires de cambio para adaptarse a las realidades nuevas de la informática llegan a países tan dispares como Italia e Indonesia. En Italia, han publicado hace poco un nuevo código Braille, y en las últimas semanas he sabido que en Indonesia, una conferencia de una de las organizaciones principales en ese país, Pertuni, adoptó la decisión de incluir la revisión del Braille entre las actuaciones prioritarias en un próximo futuro.
 
6. Conclusión
 
Contrariamente a lo que algunos predijeron, la moderna tecnología se ha convertido en un precioso amigo del Braille. Personalmente, por ejemplo, cada día leo más cosas utilizando una línea Braille informática, y en mi oficina podemos producir una versión Braille prácticamente de todos los documentos que originamos, valiéndonos al efecto de una impresora Braille conectada a nuestro equipo informático básico o efectuando copias en disquete legibles con ordenador o anotadores electrónicos. Ahora surgen pequeñas unidades de producción Braille en muchas partes. 
 
La posición del Braille brinda sobrados motivos para el optimismo. No obstante, debemos luchar sin ambages por que se eliminen todos  los prejuicios negativos que haya y el vicio en el que se incurre a veces de desanimar a ciertas personas a que aprendan el sistema, porque no les va a ser útil.    Desde la perspectiva de una organización como la UMC, no podemos limitarnos a contemplar con brazos cruzados la realidad dinámica que  tenemos en torno a nosotros. Pese a las dificultades que su constitución y  su mantenimiento entrañan, debemos trabajar seriamente por el objetivo de reinstaurar un Consejo Mundial del Braille, que sea realmente eficaz y que responda a las expectativas primordiales que de él se tienen. 
 
Una voz en favor de esta idea procedente de este foro sólo podrá  tener efectos positivos.
 
 
 
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